lunes, 16 de julio de 2012

Agresión animal

Un lunes, hace 4 semanas (hoy empecé la 5ta.) inicié el objetivo de desarrollar resistencia para poder trotar tranquilamente sin morirme en el intento.  Retomar las buenas costumbres de hacer deporte y aprovechar y bajar un poco de peso, que a este cuerpecito tanta falta le hace.

Al momento, he bajado dos kilos y no feliz con esto, mi resistencia al trote ha mejorado, la primera semana, sufría con la garganta seca y dolor en las piernas para cumplir con los períodos de 2 minutos de trote suave, pero en la evolución de mi trote, he llegado hasta los 7 minutos trotando en un sólo período y aún así tener aliento para el resto de repeticiones.

Ya no estaba trotando en el parque, porque los días no habían tenido un clima amigable y preferí ejercitarme cerca de la casa, para en caso de lluvia excesiva, regresar con rapidez.

Pero hoy el día ha estado a mí favor y decidí dirigirme al parque, allá donde el cesped es más verde.

Como había llovido desde el jueves de la semana pasada (con cortos intervalos en donde paraba), todo estaba mojado y las cortas rutas de arcilla se habían convertido en pistas jabonosas que atentaban contra la mortalidad de los seres humanos.

Un par de perros se detenían a oler las flores, mientras sus apurados dueños los halaban de las correas y niños de 1 a 3 años jugaban a ser grandes y empujaban sus carritos y los emocionados padres les tomaban fotos.

Acompañada por las canciones de Diego Torres, manejaba mis intervalos controlando el tiempo de la caminata, sin embargo cuando empezaba a trotar no volvía a ver el reloj hasta que me detenía, para que este cuerpecito latino no diga "ya mucho, mejor paremos", sino que mi mente motivadora decía "vamos tu puedes, sólo un poco más, anda, un poquito más", haciendo un fuerte esfuerzo en este primer día de retorno, no sólo al parque sino a asfalto, ya que la semana pasada había sólo podía salir 2 días.

Pues ahí me encontraba yo, fusionada entre el parque y sus visitantes, pasando inadvertida, salvo por algún cruce de miradas, con quienes sonreíamos al pasar, definitivamente la gente del parque es mucho más amigable que toda la gente de mi condominio, pero mejor no entremos en ese tema.

Me tocaba darle la vuelta al lago, donde nadan libremente una familia de cisnes negros, un cisne blanco soltero y muchos patos silvestres que se pelean con algunas palomas atrevidas que picotean los panes que los visitantes les dejan, los vi a todos, como siempre hago, pero en esto uno de los cisnes negros nota mi presencia, y se para amenazante, luego empieza a alzarme las alas mientras decía entre dientes "¡No se te ocurra detenerte! ¡carajo!".  La verdad no pensaba hacerlo, así que seguí caminando sin ver a los animales ni nada, porque estaba viendo el camino para no pisar ningún charco, "¡MUEVETE!" grito la loca esta y empezó a perseguirme, corrió detrás de mí por lo menos 4 segundos y discúlpenme, pero 4 segundos con un animal con las alas elevadas con ganas de picotearte lo que sea que se le encuentre son eternos y asustan.  

Así que grité cual damisela en peligro, mientras me tapaba la cara, pero en ese momento un par de patos silvestres lo interrumpieron "Oye, ¿qué te pasa? Deja a la bebe en paz, ella sólo está de paso". Se detuve el infeliz este y respirando agotado, les dice "Pero es que los niños están sueltos". Claro, yo había visto que sus hijos estaban por ahí, por cierto han crecido desde la última vez que estuve en el parque, pero estaban a más 5 metros de distancia... "¡Los niños! Esas cosas peludas feísimas, color gris, que están pastando como vacas. ¿Crees que ella realmente los vino a buscar? Por favor, primero se roba un patito, amarillito, bonito."

No seguí el rastro de la discusión, porque 'silvester' tenía razón, yo estaba de paso y ya me tocaba empezar a trotar de nuevo, pero de verdad que me asusté y para evitar la fatiga, no volví a pasar por ahí, acortaba el camino por la ruta jabonosa y suicida hecha de arcilla, pero de seguro hoy no iba a volver a bordear el lago de nuevo.

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2 comentarios:

  1. Ya no hay Herr Piguave que grite "Corre muchacha" o "Corre paquete" como a nosotros los hombres.

    :-\

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    Respuestas
    1. ¡Hola Manuel!
      ¡Linda sopresa! Bueno a nosotras más que nada nos "gritaba" la Frau Libia o la Frau Mechita, lo máximo las dos, debería de escribir de ellas también. Me has hecho acuerdo de un par de anécdotas :)
      ¡Gracias por tu visita!
      Muchos saludos,
      Irina

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